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Caso Prestige. Opiniones

España acabará pagando los errores en la gestión del accidente del Prestige . Manuel Casal Pita, doctor ingeniero naval y profesor universitario, no tiene ninguna duda de que la catástrofe ecológica y económica producida por el petrolero se debió a «un cúmulo de errores en cadena» de los que culpa en su mayor parte a las decisiones adoptadas por la Administración. «La mala gestión -asegura- acabó convirtiendo en una tragedia lo que pudo ser un accidente tonto».

-¿Cuál cree que fue el principal error que se cometió?

-El principal error, y en el que creo que no se ha incidido demasiado, estriba en que lo cargaron mal. El barco se rompió porque lo adrizaron (equilibraron) mal cuando pretendían corregir la escora. En vez de realizar un trasvase de la carga interna, de los tanques de fuel llenos a otros que estaban más vacíos, lo que se hizo fue rellenar los tanques de estribor con agua para nivelarlo, con lo que se superó la tensión máxima admisible.

-Pero esa no fue una decisión del Gobierno.

-Yo no sé si la tomó el capitán o se lo mandó el armador, pero lo que sí es cierto es que al buque subió un inspector, que lo primero que tenía que haber hecho era examinar cómo estaba cargado el barco y comprobar si superaba el momento flector para corregirlo. Un inspector siempre debe verificar cómo está adrizado el buque, y no lo hizo, aunque desconozco qué ordenes había recibido que le pudieran impedir realizar esta misión.

-Este fallo, sin embargo, pudo ser subsanable.

-El barco se rompió primero porque lo cargaron mal, pero finalmente porque lo tuvieron paseando cinco días con olas de ocho metros. Existían soluciones para evitar el desastre, pero otra cosa es que no las quisieran adoptar. Lo que indica la lógica y el sentido común es que lo enviaran a aguas tranquilas para realizar el trasvase de fuel. La mejor solución era llevarlo a la ría de Ares, que es recogida incluso en época de temporales. Pero también existía otra opción en el caso de que la situación del petrolero fuese muy delicada y no aguantase, aunque al final se comprobó que sí aguantaba. La posibilidad era trasladarlo a la ría de Corcubión, a la zona de Redonda, un lugar óptimo para fondearlo, ya que tiene calado suficiente, poca biodiversidad y baja población. Tres navíos hubiesen desalojado el fuel en tan sólo ocho horas, sin vertidos. Otros errores de la Administración fueron suponer que el hidrocarburo se iba a solidificar y que las corrientes iban alejar el vertido de la costa gallega.

-¿Y quién pagará estos supuestos errores?

-El Gobierno, por acción o por omisión, es el responsable de lo sucedido y me temo que quienes vamos a tener que pagar los errores seamos nosotros de nuestros bolsillos. Cuando se sepa toda la verdad y exista un fallo judicial vamos a tener que pagar desde la carga del buque hasta la prisión del capitán.

-El peligro todavía sigue en el fondo.

-Sí. Taponar las grietas sólo es un parcheo y me temo que si no se encuentra una solución definitiva el barco va a seguir vertiendo durante siete o más años. Esto significa que hasta dentro de veinte años las zonas más afectadas no van a levantar cabeza.

-Pero aseguran que la estructura está consolidada.

-No me cabe ninguna duda de que si el barco se deja en el fondo va a seguir derramando fuel durante años, y, por mucho que lo nieguen, existen precedentes que indican que esto va a ocurrir. Es seguro que más tarde o más temprano aparecerán nuevas grietas.