Portada ›› Mar, Pesca, Sub y Ecología ›› Concursos .Pesca deportiva ›› El salmón atlántico sigue viviendo una situación complicada a nivel global.

El salmón atlántico sigue viviendo una situación complicada a nivel global.

El salmón atlántico sigue viviendo una situación complicada a nivel global.

La importancia de nuestro país es extrema, más tras la desaparición del salmón en el río Lima en Portugal somos la frontera meridional de este gran pez

La situación en España del salmón es mala. Desde luego, algo mejor que a finales de los 90, cuando por ejemplo, en 1998 se capturaron 26 salmones en toda Galicia, incluido el tramo internacional del Miño. A pesar de todo ello la pesca del salmón sigue siendo un espectáculo en la mayoría de nuestros ríos en el peor sentido de la palabra.

Sigue siendo la ceremonia de hacerse la foto con tu presa muerta, del negocio del campanu que vendido como tradición es puro mercantilismo o de las furibundas críticas que hacen los pescadores “ribereños” a que se amplíe el plazo de pesca sin muerte. Todo ello con unas cifras mínimas de captura al año y con partidos políticos que hacen campaña electoral a costa de este amenazado pez, pidiendo que se liberalice la comercialización de las capturas en Asturias. En el país que también hace frontera en el otro lado del Atlántico como es Estados Unidos y en concreto del estado de Maine, ya no se permite su pesca para preservarle. La realidad es que el salmón salvaje es un pez amenazado pero con una buena gestión, también puede generar un potencial económico enorme como sucede en países o regiones como Escocia, Irlanda o Islandia. Y curiosamente, en estos países, la regla general es la pesca sin muerte. Además, el problema del salmón no es local es global, y no sólo con repoblaciones, aun siendo muy necesarias, se soluciona. Tener políticas armonizadas entre los países en los que habita esta especie migratoria, es más que necesario. Un pequeño análisis global Los estudios realizados en los países del área de distribución del salmón atlántico y los informes de organismos internacionales como la NASCO (North Atlantic Salmon Conservation Organization), encargada de velar por la conservación de la especie, coinciden en que la mayor parte de las poblaciones salmoneras han sufrido un declive importante en épocas recientes, declive que ha sido más acusado desde la segunda mitad del siglo XX.

Esta evolución desfavorable se pone de manifiesto en todos los países y en la mayoría de las cuencas: extinción de algunas poblaciones, disminución de las capturas en los ríos, cambios en la estructura de las poblaciones con incremento de salmones añales y disminución de los multinvierno, pérdida de superficie útil colonizada por la especie y retraimiento de las poblaciones hacia el curso bajo de las cuencas, son algunas pautas que se repiten a nivel mundial. Las presiones a las que está sometida la especie y los conflictos con los que se enfrenta, son comunes y generales: los obstáculos que impiden o dificultan las migraciones, los dragados, canalizaciones y obras en los cauces, la alteración del régimen de caudal en los ríos, la contaminación, la sobrepesca o los más recientes problemas sanitarios y de introgresión genética, son afecciones que en mayor o menor medida se dan en cualquier cuenca salmonera. Todo ello sin olvidar el fuerte impacto que durante décadas ha tenido la explotación pesquera de la especie en el mar. Las estadísticas de las capturas en la pesca, comercial y deportiva, no dejan duda de la tendencia a la baja de las poblaciones. La evolución en la segunda mitad del siglo XX es pareja en el Atlántico Norte, en el Sur de Europa y en España. En las décadas de 1950 a 1970 la cosecha anual sobrepasaba las 11.000 toneladas, incluida la pesca comercial en el mar. En los albores del siglo XXI, prácticamente abandonada aquélla, las capturas se reducían a algo más de 2.000 toneladas. En el Sur de Europa, fundamentalmente en las Islas Británicas, en el mismo periodo se ha bajado de 4.000 a unas 800 toneladas. En la pesca deportiva en los ríos ibéricos, las capturas han caído de unos 8.000 salmones pescados al año a menos de 2.000. En todos los casos el descenso ha sido de un 80%. El cese de la pesca en el mar propiciado por la NASCO y otras organizaciones no gubernamentales como la NASF (North Atlantic Salmon Fund) no parece haber repercutido en la medida esperada en el incremento de las capturas en los ríos. ¿Qué podemos hacer? En primer lugar cuidar más los hábitats e intentar aumentar la cuenca receptora de las mismas, en segundo lugar la calidad de las aguas y con respecto a la pesca, procurar extender más las prácticas sin muerte y restringir las épocas de pesca protegiendo los ejemplares multiinverno. Si no, pronto, sólo nos quedarán ver los salmones de piscifactoría y ver un remonte será algo del pasado.Fuente: Luis Naharro
http://www.hechosdehoy.com/la-situacion-del-salmon-atlantico-en-el-mundo-una-introduccion-47883.htm