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La sal de mar, nuevo peligro para la capa de ozono

Científicos de Estados Unidos han descubierto que el bromo y el cloro, dos componentes que se encuentran en la sal de mar, pueden iniciar una serie de reacciones químicas que destruyen la troposfera del Ártico, la parte más baja de la atmósfera

La luz del sol, la nieve y el mar se utilizan en muchas ocasiones para ilustrar la belleza de la naturaleza. Sin embargo, varias universidades de Estados Unidos han comprobado que la combinación de estas fuerzas puede destruir la capa de ozono.

Los científicos han descubierto el papel que juegan el cloro y el bromo en una serie de reacciones químicas que se producen cada primavera cuando, después de varios meses de oscuridad, la luz del sol interactúa con la nieve de la región del Ártico.

Desde hace años se sospechaba que el cloro y el bromo podían ser los principales responsables de una serie de reacciones químicas, pero hasta ahora no se conocía la fuente de donde provenían estos elementos químicos.

Debido a que los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la tierra, este descubrimiento puede ayudar a los científicos a desarrollar modelos más eficaces para simular y predecir los cambios, a largo plazo, en la composición de la atmósfera de la tierra.

En 1986, los científicos observaron que, con la salida del sol en el Ártico, que ocurre en marzo o abril después de varios meses de completa oscuridad, la capa de ozono más baja de la atmósfera desaparecía totalmente. Desde entonces, los científicos encontraron evidencias de que varios componentes químicos que reposaban sorbe la nieva podían interactúar con la luz del sol produciendo una serie de contaminantes químicos -como óxido nítrico, dióxido de nitrógenos y bromo- que impactaba en la composición de la atmósfera.

Los científicos de la Universidad de Purdue midieron, durante el pasado año los niveles de bromo y de cloro de la nieve y analizaron como la luz del sol interactúa con estos elementos. Los análisis mostraron que, cuando el sol comienza a asomarse en la región del Ártico, estos elementos se incrementan en el aire y empiezan a disminuir en la nieve.

Debido a que las moléculas de bromo duran poco tiempo en la atmósfera y no pueden ser transportadas muy lejos, los científicos comenzaron a buscar las fuentes del bromo en el medio ambiente local, llegando a la conclusión de que la sal del mar es la única fuente de bromo posible en el Ártico.

El bromo y el cloro también juegan un papel importante en la destrucción de las capas superiores de ozono de la atmósfera del Ártico y la Antártida. En este caso las fuentes de bromo y cloro provienen esencialmente de contaminantes producidos por la actividad humana.

Según los científicos, este descubrimiento sugiere que la mezcla de nueve y sal de las carreteras en las áreas urbanas también puede afectar a la calidad del aire, por lo que han recomendado estudios más concretos para conocer las interacciones químicas que se producen en el medio ambiente