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Clarksons prevé una ralentización de los mercados de transporte marítimo

 Clarksons prevé una ralentización de los mercados de transporte marítimo
La inestabilidad económica y geopolítica seguirá afectando al comercio mundial por vía marítima

29/9/2022 -Los mercados del transporte marítimo han mantenido unas condiciones “excepcionalmente sólidas” a lo largo de este 2022, aunque empiezan a surgir preocupaciones respecto a la situación económica y a apreciarse “tendencias divergentes” en los distintos segmentos del transporte marítimo, según las conclusiones que el analista marítimo Clarksons extrae de la próxima edición de su informe Shipping Review & Outlook.

Para este analista, durante los últimos seis meses la congestión portuaria, que ha continuado tras la pandemia, y la invasión rusa de Ucrania, han tenido un importante impacto en el transporte marítimo. Este último hecho de forma especial en los tráficos relacionados con las fuentes de energía, que han dado lugar a importantes cambios en los patrones comerciales.

El índice de Clarksons para los ingresos de los buques, el ClarkSea Index, ha sufrido un pequeño descenso en septiembre, pero mantiene una media de 38.881 dólares/día en lo que va de año, unos niveles que no se veían desde 2008.

Preocupaciones económicas

La invasión de Ucrania, la inflación y la evolución de la economía china han suscitado preocupación en las previsiones económicas. Se contempla un crecimiento del PIB mundial para 2022 y 2023 de entre un 2% y un 3%, lo que supone un descenso del 1,5% con respecto a las expectativas “previas al conflicto”. En este contexto, Clarksons prevé un crecimiento de un 0,9% del comercio marítimo mundial para 2022, hasta los 12.100 millones de toneladas (Mt), frente al 3,5% previsto al comienzo del año. La situación geopolítica está cambiando los patrones comerciales, aumentado la demanda en toneladas·milla (un 1,2% previsto para 2022 y un 3,2% en 2023) y mitigando parcialmente los efectos de una ralentización del crecimiento del transporte marítimo.

Respecto a la congestión portuaria, ésta es especialmente elevada en portacontenedores y buques para el transporte de vehículos. En el caso de los primeros, absorbe entre un 4% y un 5% más de la oferta de este segmento del mercado que antes de la pandemia. En el sector de los graneleros, la congestión ha vuelto a acercarse a los niveles anteriores a la crisis. Clarksons prevé que esta situación tardará en desaparecer por completo.

¿Tendencias divergentes?

Según Clarksons, se están observando tendencias divergentes en todos los sectores. Las tarifas de flete de contenedores están cayendo desde sus máximos históricos, registrando un descenso de un 60% desde el inicio de 2020, aunque siguen duplicando el nivel de 2019. Mientras, los fletes en time charter en este segmento del mercado han bajado un 40% y con un crecimiento de la flota de alrededor de un 7% previsto para 2023, la posible descongestión portuaria y el debilitamiento de la demanda, es previsible una mayor presión sobre los mercados.

En el sector de los graneleros, con una cartera de pedidos que supone sólo el 6% de la flota, los fletes se han suavizado tras alcanzar durante el año pasado niveles máximos en 13 años. El descenso ha venido motivado por la menor demanda de transporte debido, la desaceleración industrial china y una menor congestión portuaria, entre otros factores. Los fletes de los car carriers han alcanzado nuevos récords gracias a una fuerte demanda; mientras cruceros y ferries siguen recuperando gradualmente la actividad.

El segmento de los buques tanque parece “bien posicionado”, según Clarksons. Los fletes de petroleros han mejorado significativamente tras alcanzar en 2021 los niveles mínimos registrados en tres décadas, especialmente en el transporte de productos del petróleo gracias a una recuperación de la demanda, una cartera de pedidos reducida y el aumento de las distancias de los viajes por la guerra de Ucrania. En el sector de los metaneros los fletes han alcanzado máximos históricos, a pesar de la inestabilidad en el mercado spot y con el impulso europeo hacia la seguridad energética, Clarksons prevé un crecimiento del transporte marítimo en 2022 hasta 630 Mt, frente a los 380 Mt de 2021. El mercado de fletes para el transporte de gases licuados del petróleo (GLP) también goza de buena salud, pero tendrá que absorber una gran cartera de pedidos de buques VLGC en 2023.

Oferta alentadora

Para Clarksons, la oferta de transporte marítimo sigue siendo “alentadora” en general, con una cartera de pedidos que sólo representa el 10% de la flota (en 2008 suponía más del 50%) y con una capacidad de los astilleros que, aunque está aumentando ligeramente, sigue estando un 40% por debajo de su nivel máximo (119 astilleros “grandes” activos frente a 320 en 2009). Desde el año pasado, los encargos de buques de nueva construcción se han reducido (entre enero y el mes de agosto de este año se han encargado 54 Mtpm por un valor aproximado de 75.000 M$). Los metaneros y portacontenedores dominan una cartera de pedidos completa desde hace 3 años.

Los precios de los buques nuevos han subido un 30% desde el inicio de 2021. Las entregas se han ralentizado y se prevé que caigan un 10% este año antes de aumentar en 2023. En medio de unos mercados fuertes, el reciclaje ha sido limitado (10 Mtpm). Se prevé un crecimiento de la flota del 2,9% este año y del 1,6% el próximo. La compraventa se ha mantenido en el primer semestre, pero desde entonces se ha ralentizado, quizá debido a la incertidumbre económica, con un tonelaje total entre enero y agosto de 91 Mtpm. Los precios de los graneleros han bajado un 13% desde mediados de año, mientras que los de los petroleros han subido un 43% este año.

La descarbonización sigue en el punto de mira, con la entrada en vigor en 2023 de las medidas de la OMI sobre eficiencia energética del buque (EEXI) y la intensidad de carbono (CII) y posiblemente el ETS de la UE. Los buques con capacidad para utilizar combustibles alternativos representan ya el 4,8% de las GT de la flota mundial y el 43% de la cartera de pedidos. Se necesitan grandes inversiones en nuevas construcciones y en tierra. En el futuro, las políticas de emisiones pueden crear volatilidad en el mercado al alterar la oferta, debido a velocidades de navegación más bajas, un mayor reciclaje de buques, una renovación desigual de la flota, etc. Según Clarcksons, a más largo plazo, la transición energética afectará al comercio.

Las perspectivas del mercado del transporte marítimo son cada vez más específicas para cada sector. Las preocupaciones económicas van en aumento (y pueden afectar más a los contenedores y a los graneleros), pero para los mercados del transporte marítimo hay factores atenuantes: la congestión, los cambios en las pautas comerciales, las sanciones y la seguridad energética. “A medio plazo, el limitado crecimiento de la oferta en muchos sectores y las repercusiones de las nuevas normativas y las políticas ‘verdes’ tienen el potencial de proporcionar un apoyo subyacente a los mercados”, concluyen desde Clarksons.