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A VUELTAS CON LAS CUENTAS DEL CEAR - ARTICULO PUBLICADO EN CANTABRIA DE NEGOCIOS EL DIA 19 09 2016

Articulo publicado en cantabra de negocios el

 

http://cantabrianegocios.es/a-vueltas-con-los-numeros-del-cear/

 

 

Los controvertidos números del CEAR de vela

 

  • 19 septiembre, 2016

 

Sin título

 

 

 

La difícil convivencia de la escuela municipal vela con el resto de actividades del Centro Especial de Alto Rendimiento de Santander tiene uno de sus episodios más claros en la controversia sobre las cuentas de aquélla, que es deficitaria o claramente rentable según quién lea las cifras. Los padres de los alumnos acusan a la Federación Española de reservarse los cursos más rentables, pero imputando sus gastos a la escuela y utilizando el material aportado por esta. La nueva dirección del centro niega las acusaciones y asegura que no hay ningún plan para trasladar la sede del equipo olímpico fuera de Cantabria.

 

Texto de Jaime del Olmo

 

Desde el desembarco de Julia Casanueva en la presidencia de la Federación Española de Vela el pasado 6 de octubre, las desavenencias con Jan Abascal –al que apartó de la dirección del CEAR Príncipe Felipe de Santander a los tres días de mandato– y con ROLE (asociación náutica formativa de padres y alumnos de la escuela municipal de vela) han sido numerosas. El foco de atención se sitúa en la Escuela Municipal de Vela de Santander, radicada en el CEAR, dado que la Federación Española defiende que es deficitaria para las cuentas del centro, lo que le llevó entre otras cosas aumentar los precios de las matrículas. Esto provocó que el número de alumnos disminuyera, lo que lleva a ROLE a vaticinar un futuro cese de esta actividad formativa, concebida para que los más jóvenes se inicien en el mundo de la vela. Pero, ¿realmente la escuela de vela es deficitaria? Aunque esta es una cuestión que no debería ofrecer dudas con las cuentas encima de la mesa, las posturas están encontradas.

 

Teniendo en cuenta las cifras presentadas por la propia Federación Española de Vela al Ayuntamiento de Santander, correspondientes al ejercicio 2015 y aprobadas en la asamblea federativa el pasado 20 de marzo, los gastos de la escuela son de 195.121,95 euros, generando unos ingresos de 259.913,14 euros, de los cuales 179.913,14 llegarían del cobro de las actividades docentes y otros 80.000 de la subvención del consistorio santanderino. Habría por tanto un beneficio de 64.791,19 euros.

 

El presupuesto presentado por parte de la Española para este año varía sustancialmente. A la financiación del CEAR –cuya actividad principal es acoger el equipo olímpico– contribuyen el Consejo Superior de Deportes –71.587,98 euros–; la Autoridad Portuaria de Santander –con otros 65.000, que fueron 70.000 el año pasado–, y el Gobierno cántabro –60.000–. El Ayuntamiento de Santander aporta 80.000 euros, pero sólo destinados a la escuela de vela. El matiz que denuncia Antonio Vallín, portavoz de ROLE, es que en el informe de la española sobre el convenio con el Ayuntamiento, aparece un desglose de gastos que no cuadra: “No estamos para nada de acuerdo y hemos pedido aclaraciones del concejal de deportes Juan Domínguez. En uno indica que 20.940 euros van destinados a reparación y conservación; eso no cuadra con los gastos que estimamos. Hace constar 2.500 euros en compra de material y no ha habido ninguna renovación en ese aspecto, salvo las ruedas de los carros que se han comprado este año, y cuatro velas”.

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Antoni Vallín, portavoz de la asociación ROLE, que agrupa a padres de alumnos de la escuela de vela del CEAR.

 

Vallín se refiere al informe de actividades a desarrollar, con detalle de ingresos y gastos, que el Ayuntamiento de Santander solicitó a la Federación Española de Vela para renovar el convenio de financiación de la escuela de vela. La Española ha podido justificar varias cosas en notas aclarativas, pero sobre el apartado “reparación y conservación” le han pedido más explicaciones sobre esos casi 21.000 euros en gastos. El pasado 20 de abril la federación aclara que van destinados a la reparación de las lanchas y barcos utilizados en la escuela por rotura o deterioro debido al uso y a la compra de material fungible como cabos, pintura, lija o fibra para mantener las embarcaciones en estado óptimo. ROLE considera esas cantidades “Eso es descaradamente desproporcionado”, según Role. “Además imputa a la escuela todos los gastos de personal de monitores eventuales para cubrir el personal dedicado a los cursos del fin de semana y, sobre todo, los de verano”. Estos cursos estivales son el gran aporte económico en el mes de agosto; hay una gran demanda y se necesita contratar monitores, gente muy joven, muchos de ellos de fuera de Santander y Cantabria. ¿Dónde radica el problema? Pues que en el convenio de 2016, la Federación sólo adscribe a la Escuela Municipal tres de las cinco actividades: escuela de regatas, bautizos de mar y cursos básicos, dejando fuera los cursos de fin de semana y los de verano, los que más ingresos generan a lo largo del año. Esto es, la escuela de vela generaría gastos por una actividad por la que no le permiten apuntarse ningún ingreso.

 

Roi Alonso, coordinador del CEAR de Vela y director técnico de la Federación Española de Vela, se sorprende del revuelo suscitado: “Nosotros tenemos un convenio firmado con el Ayuntamiento por el cual impartimos los cursos básicos de iniciación, escuela de regatas y bautismo de mar. Nosotros les preparamos y luego ellos pueden navegar de forma independiente o en clubes. La escuela de verano no tiene nada que ver con el convenio firmado…”.

 

La matrícula para la escuela de regatas para un empadronado en Santander, después de una subida del 14% decidida para este año, es de 200 euros al trimestre; los bautizos de mar y los cursos básicos para los colegios son gratuitos, el resto son de pago: 185 euros los cursos de fin de semana, y 185 cada semana de curso de verano. “Lo que intenta hacer la Española es que los ingresos que recibe por esos cursos sean catalogados de privados, sin tener nada que ver con el Instituto Municipal de Deportes”, protesta Vallín; “el matiz es que esos cursos se están impartiendo con el mismo material comprado por el Ayuntamiento de Santander para realizar las actividades de la Escuela de Vela”.

 

 

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Roi Alonso, coordinador del CEAR de Vela e Santander.

 

Las cuentas presentadas por la federación han sido dadas por buenas por el propio IMD a través de su consejo del 19 de mayo. No está firmado hasta que la Española presente el informe de cuentas de 2015, algo que todavía no ha hecho. Roi Alonso defiende las cuentas: “Este año se hizo una auditoría interna, porque teníamos todos los gastos juntos; es decir, la escuela, el equipo olímpico, el juvenil, etc… Nos dimos cuenta que había unas pérdidas económicas en la escuela. Pero no de la escuela de regatas o de otra modalidad, sino en general; había más gastos que ingresos. Como la Federación es Española, no sólo de Cantabria, los números tienen que ser aceptables. Lo que yo percibí en la última asamblea es que todo el mundo desea que haya un CEAR en Santander, pero que se pueda mantener”.

 

La oposición política ha entrado en escena. El convenio aprobado por el Ayuntamiento contó con los votos en contra del PSOE, PRC y Podemos. Pedro Casares declaró que se trataba de “una privatización” de la escuela, porque se estaba sacando de la escuela municipal de vela las actividades por las que se cobra, para las que se usa su material, con monitores eventuales que constan como gastos de la escuela municipal. “La maniobra, y se lo hemos hecho constar al concejal, no tenía un pase”, asegura Vallín. Y es que, según la memoria presentada al IMD por la federación, el gasto total para este año son 172.620 euros, y que por las actividades docentes sólo está previsto percibir 44.800 euros, en lugar de los 173.000 de 2015 y los 100.000 que recogen los presupuestos de 2016. La diferencia en las cantidades de uno y otro año, aseguran desde ROLE, son los ingresos que se perciben por los cursos de verano y de fin de semana donde no se da abasto para atender a la demanda.

 

Para tener la perspectiva adecuada de la situación, hay que remontarse 20 años atrás. La escuela dependía del IMD desde 1996 hasta 2006. A partir de ese año se firma un convenio por el cual el Ayuntamiento se deshace de la gestión y se la encarga a la Federación Española. ¿Por qué? “El Ayuntamiento tuvo problemas con la coordinación del centro, y también decidió seguir una política de ir delegando la gestión de las actividades del IMD en distintas entidades o clubes, como ha sucedido con los bolos, tenis… como si fuera una subcontrata”. El edificio del CEAR es propiedad del Ayuntamiento, pero se cede a la Española con la condición de que se instale allí el centro de alto rendimiento, y también la escuela municipal de vela en una gestión compartida.

 

Los problemas económicos de la española no son novedad; a finales de 2012 se realizó un ERTE y se despidió a dos monitores, Pablo Camino y David Carus, a los que hubo que readmitir en 2013. A finales de 2013, se despide también por motivos económicos al gerente del CEAR, Antonio Bolado, y al director deportivo Rubén Morán. A ambos se les tuvo que readmitir e indemnizar en abril de 2014 por despido improcedente, y en junio de 2014 por despido nulo, respectivamente. Tras estas experiencias, se acabaron los despidos.

 

¿A qué se deben estos movimientos, con la nueva presidenta Julia Casanueva a la cabeza? ROLE tiene una hipótesis: “Siendo Julia Casanueva presidenta de la Federación Cántabra de Vela, nos convoca en diciembre de 2012 y nos dice que la federación española está muy mal, que no puede afrontar el pago de los monitores, y que ha llegado a un acuerdo por el que a partir de ese momento sea la cántabra quien se encargase de la escuela; nos dice que la escuela de regatas va a desaparecer, que la actividad de los chavales durante los fines de semana y las competiciones se tienen que hacer a través de clubes y nos invita a inscribirnos en las actividades de estos clubes porque, si no, los niños se iban a quedar sin ellas”. Con esta decisión, la cántabra sólo se encargaría de las actividades de iniciación y difusión de la vela, subvencionando a chavales que participaran en los Campeonatos de España. “Con todo esto, lo que pretendía Casanueva era alimentar las escuelas de los diferentes clubes, privatizar y mandar a muchos de esos 94 chavales que pagaban 175 euros al trimestre a clubes privados”, dice Vallín.

 

A raíz de esto, ROLE se planteó qué hacer con sus hijos, dónde inscribirles en 2013. Varios cedieron y les apuntaron en el Real Club Marítimo de Santander. “Otros dijimos que no, queríamos seguir siendo independientes y no tener que pertenecer a un club para practicar una actividad de la escuela municipal”. A finales de febrero de aquel año, la Federación Cántabra renuncia a la gestión de la escuela municipal, se la devuelve al CEAR dirigido todavía por Jan Abascal, y se plantea la creación de la escuela de la Cántabra de Vela de la Isla de la Torre. Así siguen las cosas desde marzo de 2013 hasta el 6 de octubre de 2015, cuando Julia Casanueva es nombrada presidenta de la Española de Vela. A partir de ahí, la incertidumbre se instala en la escuela municipal, porque su primera decisión fue destituir a Jan Abascal como director del CEAR. Los chavales ya estaban inscritos hasta diciembre de 2015. En enero de 2016, con la llegada del nuevo trimestre, cambian las condiciones y el enfoque de la escuela: sube el precio un 14% para los empadronados (pasan de pagar 175 euros a 200 al trimestre), más de un 25% para los no empadronados (pasan de 175 € a 300), y se comunica que la escuela es deficitaria. “Nosotros aceptamos esos incrementos para que nuestros hijos siguieran teniendo actividad, pero nos gustaría que nos los justificase”.

 

ROLE lo tiene muy claro: “Lo que está haciendo la española es detraer la parte fuerte de los ingresos que son de la escuela municipal, pero se mantienen los gastos, y además imputan el 22´5% de las tasas portuarias –46.500 euros del total de 203.000 que la APS cobra al CEAR– a la escuela municipal. No ocupamos el 20% del espacio, sino muchísimo menos y de forma muy puntual. El equipo olímpico tiene una presencia continuada durante todo el año, y en estas fechas antes de los Juegos es de prácticamente los siete días de la semana”. Paradójicamente, según un convenio con el Real Club Marítimo de Santander, la Española paga por la mitad de la duna (512 metros cuadrados) 2.000 euros al trimestre; es decir, 8.000 al año, frente a los 46.500 euros que paga el CEAR.

 

Ha habido más cambios con el relevo en de dirección del CEAR. A principios de este año 2016, se comunica a los alumnos de la escuela que sólo tendrán derecho a utilizar embarcaciones de la escuela durante este ejercicio, ya que a partir de 2017 deberían acudir con uno propio. “Los padres nos sentimos bastante solos. Hemos pedido una entrevista con Julia Casanueva y con el coordinador del CEAR, y no nos han recibido; y la Federación Cántabra igual, no hace nada al respecto. Claro, su sede está en las instalaciones del CEAR…”, critica Vallín.

 

Al margen de la escuela municipal de vela, en la actualidad el CEAR de Santander está en el punto de mira de distintas federaciones territoriales de España. Su deseo es que los diferentes equipos se entrenen en sus respectivas instalaciones. De ese interés pueden desprenderse las razones por las que el pasado 20 de marzo la federación española realizó una asamblea extraordinaria en Madrid, donde se modifican los estatutos, pendientes de ser aprobados por el CSD. En esos cambios, el CEAR de Vela pierde la exclusividad de ser la sede del equipo olímpico y de tecnificación, ya que según reza el artículo 4, seguirá siendo la sede “sin perjuicio de otros centros que puedan desarrollar esa misma función”. ROLE cree que con este movimiento la española quiere vaciar el CEAR: “Va a quedar nominalmente como sede del equipo olímpico y de tecnificación, pero con casi ninguna o ninguna actividad. Y creemos que el próximo año querrá derivar la escuela de regatas a clubes privados y quedarse con los ingresos de la escuela de vela”, vaticina Vallín, que vislumbra un futuro donde la escuela se limite a dar cursos básicos y bautizos de mar: “Desaparecerá el semillero de grandes deportistas que había en la gran escuela municipal y se utilizará el material de esta y las instalaciones para hacer caja con los cursos de verano y de fin de semana de la española”.

 

A ese respecto, la española es contundente: “Eso es mentira. El centro neurálgico logístico de la española, donde están los barcos, las neumáticas, etc… está en el CEAR de Santander; en Madrid sólo hay unas oficinas. Lo que pasa es que a veces nos olvidamos del pasado, porque ha habido clases que nunca han entrenado en Santander, como Marina Alabau o Blanca Manchón; otra cosa es que la federación las obligara a venir a hacerse la foto. Las tablas masculinas, femeninas y la clase Finn nunca han navegado aquí”.

 

Otra cuestión que puede plantearse es la idoneidad o no de que en un CEAR, destinado en su origen para el entrenamiento intensivo de deportistas de alto nivel, se comparta protagonismo con el trabajo de base o de escuelas municipales. El caso de Santander es extraordinario, ya que en ningún otro centro de alto rendimiento existe esta dualidad; pero según ROLE es el ejemplo a seguir: “Los excelentes resultados están ahí. Berta Betanzos y Diego Botín, que van a estar en Río, son alumnos de la escuela. Yo hablé en 2014 con el director de división de los CEAR del CSD, Jesús Mardaras, y me dijo que ojalá hubiera más casos como el de aquí. La ventaja es que aquí la vela es minoritaria y Santander es una ciudad pequeña; en Madrid eso es impensable porque se colapsarían los centros”.

 

Y otra función de la escuela municipal debatible es la de compaginar no sólo la formación de chavales que quieran aprender a navegar, sino también la de personas adultas. Hasta diciembre del año pasado sí se hacía; un grupo de 14 adultos salían a navegar en un barco de aprendiz. ROLE se defiende con datos: “Entiendo que haya gente a la que no le guste que personas mayores se formen en la escuela, pero yo sólo digo una cosa, hasta el último trimestre de 2015 hubo apuntados 104 alumnos en la escuela, en el primero de 2016 sólo 63, y en el segundo 64”.

 

Ante las sucesivas críticas por parte de ROLE, la española se centra en sus aliados: “Nos llevamos muy bien tanto con la Cántabra como con el Club Marítimo; el único que da problemas es ROLE. Esta asociación no representa ni el 5% de los usuarios del centro, y con el resto estamos muy contentos; la gente viene a preguntar y proponer cosas e ideas, y tanto Julia Casanueva como yo estamos dispuestos a ayudar a todo el mundo. Hacemos nuestro trabajo lo mejor posible, y si no tampoco estaríamos de lunes a lunes trabajando. Lo que queremos es que el CEAR vaya hacia arriba. No entiendo estas críticas porque sí, pero cada uno es libre de decir lo que quiera. Lo único que nos interesa ahora es hacer un buen papel en Río y tener aquí un CEAR por el que haya que enorgullecerse”.