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Omaña, Porma, Torío, Curueño, Yuso, Orza, Esla y Bernesga ya sufren las consecuencias del ‘moco de roca’

El ‘moco de roca’–Didymosphenia Geminata– amenaza con llegar a los cauce fluviales más importantes de la provincia de León. La labor de control de los agentes medioambientales y los científicos de la Universidad de León permiten a día de hoy confirmar la presencia de este alga invasora en ocho ríos de la provincia de León: Omaña, Porma, Torío, Curueño, Yuso, Orza, Esla y Bernesga.

Los análisis prosiguen en el resto de cauces fluviales de la provincia leonesa. El horizonte se muestra incierto, en los estudios de la Unversidad de León, se están cumpliendo los peores pronósticos, y los efectos dañinos del ‘moco de roca’ que comenzaron en el Porma se extienden, prácticamente, por todo el territorio provincial.

Contra la invasión del ‘moco de roca’ pocas son las opciones. Salvo la prevención, ya que no es fácil determinar cuáles son los mecanismos más adecuados para descastar esta plaga. Hoy por hoy, la única forma de evitar la propagación del ‘moco de roca’ es la prevención. Desde el inicio de la plaga se dirigió un mensaje claro, expresamente a los pescadores para evitar más daños. El principal factor dispersor del alga es el hombre, motivo por el cual se aconseja que se evite la pesca y actividades recreativas en los tramos afectados. Comprobar que la ropa y el material que ha estado en contacto con el agua no esté infectado. Se recomienda limpiar el material de pesca sumergiéndolo durante diez minutos en agua a una temperatura de 60 grados o congelarlo. Otra recomendación pasa por evitar las zonas de baño, ya que se han dado casos de irritación en la piel. CHD confirma que el alga no produce problemas de potabilidad en el agua de consumo.
Es precisamente la pesca, además del movimiento de embarcaciones, una de las razones que explican la rápida propagación del alga invasora.
Las dudas de la Junta de Castilla y León es la “eficacia” en el control de la plaga que puede tener la prohibición de la pesca en los tramos fluviales afectados. De momento, sólo un tramo del río Porma está cerrado para los pescadores.

La posible evolución del ‘moco de roca’ de momento es una incógnita. No hay información concluyente que pueda determinas cuándo puede acabar la plaga. El precedente más cercano se produjo el pasado año en un río de Soria. Allí la plaga se concentró en un tramo y desapareció unos meses después. En la provincia de León, se espera que las condiciones climatológicas de este verano –con un ascenso de las temperaturas– permitan erradicar la plaga.

La presencia de esta especie causa importantes daños ambientales, el hábitat de los invertebrados acuáticos se reduce drásticamente ya que los insectos son incapaces de alimentarse, alterando, de esta forma, toda la cadena trófica. Como consecuencia de lo anterior, los peces pueden llegar a desaparecer, tanto por l a falta de alimentos como porque las algas cubren los frezaderos e impiden la reproducción.