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Galicia. hiperbateas el cultivo de mejillón mar abierto

La Consellería de Innovación, Industria e Comercio desarrollará, a partir del año próximo, un proyecto de investigación para cultivar el mejillón fuera de las rías. El plan consiste en ensayar, con grandes bateas ( hiperbateas , en la jerga del sector) ancladas en puntos y distancias diferentes de la costa.

En realidad, se trata de rescatar una vieja idea, pero esta vez apoyada con fondos de investigación y desarrollo (I+D). Será, según fuentes de la Xunta, el primer proyecto del nuevo Centro de Innovación da Industria Alimentaria Mariña, que se construye en Bouzas (Vigo).

El objetivo es conseguir cultivar el mejillón en alta mar, para liberar las rías gallegas de las más de 3.300 bateas en las que se cultiva el mejillón. En opinión de las fuentes consultadas, el interior de las rías empieza a estar saturado de cultivos y tráfico marítimo y sería bueno despejarlo para otro tipo de servicios.

«Sabemos que vamos a encontrarnos con una oposición inicial del sector mejillonero, pero nuestra misión será convencerle de lo más conveniente para todos, pero siempre que los ensayos den buenos resultados», explicó el director general de I+D de la Xunta, Pedro Merino. Su departamento ha empezado a preparar los planes de trabajo del nuevo centro de investigación.

El citado instituto se centrará en trabajos científicos que permitan mejorar la pesca de bajura y el marisqueo. En ambos campos, el centro de Innovación da Industria Alimentaria Mariña desarrollará investigaciones tendentes a mejorar tanto las capturas, como la transformación y comercialización de los productos gallegos.

El centro nace con una aportación de 3,5 millones de euros, de los que 2,5 millones proceden de los fondos Feder, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, y un millón de euros es financiado por la Xunta a través del Plan Galicia. El edificio deberá entrar en servicio el próximo año.

«Hemos decidido empezar por el mejillón porque es el sector más organizado y puede permitirnos una mayor agilidad de trabajo», explicó Merino.

El cultivo del mejillón es el más potente de toda la acuicultura gallega. Tras más de 40 años de historia, las bateas producen el doble de mejillones que en 1972. Un estudio sobre el sector elaborado por el investigador Uxío Labarta revela que la producción mejillonera gallega representaba en 1972 el 12% de los productos pesqueros españoles, mientras que en el año 2002 su peso se había incrementado hasta 23%. El trabajo ha sido publicado por la Fundación Caixa Galicia.

Varias firmas, gallegas y extranjeras, se han puesto en contacto con las consellerías de Pesca e Innovación para dar a conocer sus prototipos de hiperbateas . Uno de los proyectos está patentado por la empresa gallega Corelsa, que ya ha solicitado permisos para instalar sus prototipos a una milla de la costa de Cambados y a una profundidad de 50 metros. La hiperbatea de Corelsa está diseñada para compatibilizar el cultivo de mejillón con el de varias especies de peces (besugo, dorada o sargo) en jaulas incorporadas al artefacto. Hasta ahora, todos los intentos de cultivar mejillón fuera de la protección de las rías han resultado estériles, fundamentalmente debido al hundimiento o rotura de las bateas en temporales. Corelsa, sin embargo, asegura que sus prototipos están diseñados para soportar vientos de hasta 150 kilómetros por hora y temporales con olas de hasta ocho metros. Fuentes vinculadas al sector mejillonero consideran que nadie ha probado que se puedan cultivar mejillones fuera de la protección de las rías, aunque reconocen que su ensayo puede reportar imporantes beneficios para el sector como para el resto de los usuarios del mar. Una de las ventajas de situar bateas en alta mar es que permitiría un número casi ilimitado. Entre sus inconvenientes, está la mayor dificultad que entraña la recogida de los mejillones en alta mar y más grandes inversiones en embarcaciones auxiliares.