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España desarrolla un proyecto para salvar la foca monje

Ayer se inauguró un mercado para mejorar las condiciones de vida del sector pesquero artesanal ydemostrar que la explotación de caladeros es compatible con las poblaciones de foca monje.

Este proyecto, en el que se han invertido más de 93.000 euros, forma parte de las actuaciones para salvar esta especie en peligro de extinción ymejorar su entorno humano. España está desarrollando, a través del Ministerio de Medio Ambiente y la Agencia Española para la Cooperación (AECI), un proyecto, enmarcado en el Programa Azahar, que tiene como objetivo salvar la foca monje, especie en peligro de extinción, a través de la mejora de las condiciones de vida de los pescadores de la península de Cabo Blanco, en Mauritania. Este proyecto se inspira en los principios del desarrollo sostenible, ya que pretende impulsar el desarrollo económico en la zona y conservar los recursos naturales.

Dentro de este proyecto, la directora general de Conservación de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente, Inés González, inaugura hoy, lunes 15 de julio de 2002, en la localidad de Nouadibhou, en la península de Cabo Blanco, una lonja de pescado para mejorar la actitud de la población local hacia la foca monje. El nuevo mercado ha sido financiado conjuntamente por el Ministerio de Medio Ambiente y la AECI, con un presupuesto total de 93.156 euros. Esta actuación se ha completado con la realización de cursos de formación a 70 profesores de primaria y secundaria sobre educación ambiental y desarrollo sostenible, así como con charlas dadas a un total de 2000 alumnos de las escuelas y liceos de la zona, impartidas en los lenguajes locales por los técnicos de la Fundación CBD-Hábitat locales Handi M´Barek y Moulaye Abdelahi, con el objetivo de involucrar a las nuevas generaciones en la conservación de su entorno natural y en especial de la foca monje.

Durante su estancia en Mauritania para la inauguración del mercado de pescado, los representantes españoles mantendrán un encuentro con los responsables y beneficiarios que han participado en esta experiencia. La lonja de pescado de Nouadibhou tiene por finalidad mejorar las condiciones de vida de la población local, cuyo único medio de subsistencia es la pesca, demostrando que la explotación de los caladeros existente en las zonas costeras de Mauritania es compatible con la presencia de poblaciones de focas monje. Este aprovechamiento de los recursos naturales compatibilizándolo con la conservación de la biodiversidad, en este caso la foja monje, es un ejemplo de la aplicación del principio de desarrollo sostenible y una oportunidad para involucrar al sector pesquero afectado en los beneficios que conlleva la conservación de la foca monje.

El sector pesquero al que dará servicio el nuevo equipamiento, está compuesto por 200 embarcaciones de la localidad de Nouadibhou y 25 embarcaciones de los poblados de La Güera y Las Ballenas, ambas en la península de Cabo Blanco. El proyecto no sólo mejorará las condiciones de vida y trabajo del sector, sino también las de seguridad laboral de los pescadores artesanales y las sanitarias de venta, transporte y almacenaje del pescado.

España lidera el proyecto internacional para la recuperación de la foca monje en el Atlántico

La foca monje es una de las especies en mayor peligro de extinción del mundo. Se calcula que no quedan más de 400 ejemplares. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la única colonia de gran tamaño existente se encuentra en las aguas de la península de Cabo Blanco, en Mauritania, con una estima de unos 150 ejemplares, por lo que esta población constituye un patrimonio natural de importancia mundial. Esta colonia de focas monje sufrió hace años una mortandad masiva que la ha llevado a la actual situación crítica que amenaza su supervivencia. España lidera el proyecto internacional de recuperación de la foca monje en el Atlántico, en el marco de un Plan de Acción del Convenio Internacional de Animales Migratorios (también llamado Convenio de Bonn), en el que participan también Portugal, Marruecos y Mauritania.

Cerca de 400 pescadores mauritanos se benefician de la conservación de la foca monje

El objetivo de este proyecto, que desarrollan conjuntamente el Ministerio de Medio Ambiente y la AECI, es convertir a la foca monje en un símbolo del ecodesarrollo de la zona, cambiando la idea que tenían sobre ella como enemiga al competir por los mismos recursos. La actuación consiste en mejorar el entorno humano de la foca monje, mediante la mejora de las condiciones de vida del sector pesquero artesanal. Los casi 400 pescadores mauritanos que se están beneficiando de las ayudas del proyecto van comprobando poco a poco que apoyar la conservación de la foca monje se traduce en mejoras para ellos. La principal actuación del proyecto es compensar a los pescadores por las limitaciones que la zona de reserva de focas les supone. Estas ayudas van directamente a los pescadores con actuaciones que aumentan su seguridad en el mar, como por ejemplo, proporcionándoles materiales y cursillos de primeros auxilios y también incluyen inversiones puntuales para, como en el presente caso, la construcción de una lonja de pescados en uno de los barrios más pobres de la ciudad mauritana de Nouadhibou. Esta localidad queda a unos 15 kilómetros de la colonia de focas y cuenta con más de 100.000 habitantes y en situación de rápido crecimiento.

El primer logro del proyecto ha sido conseguir una reducción notable del número de accidentes mortales de los pescadores, habiéndose reducido a cero este año. Otro logro ha sido la eliminación de los incidentes de las focas en las artes de pesca y el tercer logro ha sido la protección y tranquilidad de la colonia de focas monje.

En el marco de este proyecto, un equipo de la Fundación CBD-Habitat, formado por tres guardas y dos técnicos locales, se encarga de su vigilancia. Los pescadores artesanales que faenaban en la zona han renunciado a calar sus redes a cambio de las ayudas y compensaciones antes mencionadas. También está siendo fundamental el apoyo que se les dispensa para mejorar las condiciones de seguridad en su trabajo, mediante el reparto de chalecos salvavidas, luces de posición, bengalas y cursillos de seguridad.

Con todo ello se evita muchos accidentes y muertes, ya que la mayoría son gente del interior que carecen de una mínima cultura del mar. Otra de las medidas previstas para el futuro es conseguir el cambio de las redes actuales de naylón, muy dañinas para la pesca y las focas, por las antiguas de cuerda e hilo, menos agresivas contra el medio y que además las focas pueden romper más fácilmente si se quedan enganchadas en ellas.