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OCEANA denuncia uno de los BARCOS PIRATAS MÁS BUSCADOS está en GALICIA

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) debate esta semana en Roma las medidas contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada

Oceana ha documentado y ha solicitado que el Gobierno español emprenda acciones contra las actividades de pesca IUU llevadas a cabo por el buque “Furabolos”, IMO 8604668, ahora bajo el nombre “Eros II” y con bandera panameña, que actualmente está atracado en Santa Eugenia de Ribeira, en Galicia. IUU son las siglas en inglés de pesca “ilegal, no declarada y no reglamentada” y es una de las causas principales que contribuyen a la sobrepesca y una de las mayores amenazas para los océanos. Los buques que pescan con artes ilegales o en zonas protegidas a menudo capturan especímenes de tallas no permitidas o stocks al borde del colapso.

“El ‘Furabolos’ es un barco pirata y, aunque las autoridades estaban informadas de ello desde febrero de 2008, más de un año después aparece atracado en Galicia, sin que lo detengan ni desguacen. España, como Estado responsable del puerto donde se encuentra este buque pirata, debe empezar no sólo a hablar sobre la lucha contra la pesca IUU, sino tomar medidas mucho más activas que las actuales para evitarla, y hacer públicas continuamente esas medidas, para que tengan un efecto disuasorio. En particular, el gobierno no debe permitir que empresas y ciudadanos españoles estén involucrados en pesca pirata, aunque lo hagan con barcos camuflados con banderas de conveniencia, ni dar el más mínimo amparo a estas embarcaciones ni a sus armadores y tripulantes.”, afirma Ricardo Aguilar, director de Investigaciones de Oceana Europa.

El “Furabolos” fue observado en aguas internacionales del Atlántico Nordeste sin las licencias adecuadas en febrero de 2008 y, por tanto, transferido a la lista de barcos piratas (NEAFC IUU B) en julio de 2008[i]. Desde entonces, no se permitía su entrada en ningún puerto de las partes contratantes de NEAFC (Comisión para las Pesquerías del Atlántico Nordeste), según las normas de la organización. Aun estando incluido en esa lista negra, el buque entró en el puerto de Tenerife en octubre de 2008, y partió de él unos días más tarde para dirigirse a Santa Eugenia de Ribeira. En noviembre de 2008, la Comisión Europea finalmente le prohibió la entrada a cualquier puerto de la Unión Europea.

Lloyds Register Fairplay, empresa dedicada al registro y aportación de información sobre embarcaciones en todo el mundo, tiene como empresa propietaria más reciente de este buque a la española Albacora, la cual también se reflejaba como la compañía que tenía las licencias de pesca para la embarcación en el océano Índico durante 2008. Sin embargo, la compañía atunera española ha indicado a Oceana que este buque ya no es de su propiedad y que fue vendido a finales de 2007 a otra empresa de la que no se ha proporcionado el nombre.

Oceana ha exigido a Albacora que desvele el nombre de la compañía que compró la embarcación y que actualmente gestiona este buque pirata. “Si Albacora está, como dice, comprometida en la eliminación de la pesca ilegal, debe hacer público el nombre de los nuevos propietarios del antiguo “Furabolos”, ha declarado Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana en Europa.

Desde hace décadas, el número y la potencia de las embarcaciones pesqueras de la Unión Europea exceden en mucho las posibilidades de pesca. Una medida para reducir esta sobrecapacidad sobre el papel fue simplemente “exportar” los buques, lo que implica que las embarcaciones pasan a ondear banderas de otros países (un proceso que con frecuencia era subvencionado por la Unión Europea). Esta medida, obviamente, no ha reducido el problema mundial de la sobrecapacidad ni la sobrepesca, sino que a menudo ha trasladado la responsabilidad del buque a los países en vías de desarrollo, que no pueden controlar correctamente esta actividad.

El “Furabolos” es un claro ejemplo de cómo la exportación irresponsable de buques pesqueros de la Unión Europea a países en vías de desarrollo conduce a la pesca ilegal. En 2004, el buque originariamente español “Furabolos”, que en ese momento todavía era propiedad de Albacora, según Lloyds Register Fairplay, fue exportado a las islas Seychelles con dinero de los contribuyentes de la Unión Europea, obtuvo la bandera de este país africano y en 2008 pescaba de manera ilegal en el Atlántico Nordeste. En la actualidad, la embarcación ha cambiado su nombre por el de “Eros II” y su bandera por la de Panamá, una “bandera de conveniencia” barata, fácil de registrar y escogida a menudo por los propietarios de barcos furtivos para ocultar su identidad.

“Éste es un caso típico de buque IUU y demuestra la catadura de los propietarios, que usan diferentes banderas y diferentes nombres. Necesitamos medidas estrictas de los Estados rectores de los puertos contra los buques pesqueros ilegales para desenmascarar a estos piratas, desguazar sus buques y detener la pesca ilegal. Las medidas de control de los Estados responsables de los puertos al amparo del Paris Memorandum of Understanding, cuyo objetivo es impedir que los buques que no cumplen con los estándares aprobados internacionalmente sigan en activo, hace años que viene prohibiendo el atraque a las embarcaciones que aparecen en las listas negras. Actuaciones similares tendrían que recogerse en las negociaciones sobre el instrumento que la FAO está debatiendo esta semana para combatir la pesca pirata mundialmente”, añade Aguilar.

Esta semana, los gobiernos de todo el mundo negocian medidas legalmente vinculantes de control de los Estados gestores de puertos y una lista global de embarcaciones IUU en la conferencia de la FAO en Roma. Oceana pide a los gobiernos que formalicen rápidamente este importante instrumento de lucha contra la pesca IUU y, en particular, que prohíban que las embarcaciones IUU entren en ningún puerto y que se realice una inspección obligatoria a todas las embarcaciones propiedad o que estén relacionadas con propietarios u operadores que hayan estado involucrados en pesca IUU. Adicionalmente, Oceana insta a los países a que accedan a elaborar un registro mundial de embarcaciones IUU disponible al público y que incluya los nombres de los propietarios y operadores de las embarcaciones.