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Pescan un congrio de 40 kilos y casi dos metros en la Ría de Arousa

Un grupo de pescadores gallegos captura una pieza de gran tamaño en Arousa

El pescador José Ferro de 43 años de edad puede presumir de haber vivido una de esas experiencias que todo pescador deportivo desea: capturar un ejemplar enorme, que ocasione una fuerte lucha, es decir irrepetible.
Ocurrió el domingo, cuando se encontraba pescando en el muelle de Vilaxoán (Vilagarcía de Arousa) y fue capaz de hacerse con la pieza: un congrio de 40 kilogramos de peso y 1,90 metros de alto. "Es más grande que yo", presumía ayer José Ferro.
Además, no sólo se trata de ver a semejante pez y conseguir que pique, sino que después hay que lograr capturarlo. Los aficionados a la pesca deportiva saben muy bien que en ocasiones, cuando un pescador consigue que pique una buena pieza de congrio, hay muchas posibilidades de perderlo antes de sacarlo del agua. Se trata de una especie muy fuerte que al notar el anzuelo se introduce entre las rocas y se hace firme, por lo que es frecuente quedarse sin sedal, sin anzuelo, sin plomo y, lógicamente, sin pieza. En la pesca del congrio es tan importante saber localizarlo y engañarlo para que pique -depende del hambre que tenga y de la carnaza empleada- como saber recuperarlo y sacarlo del agua.
Pero esta vez fue distinto. José Ferro estaba pescando en compañía de su cuñado, Gabriel Portela, otro aficionado a la pesca deportiva. También los acompañaba el hijo de José Ferro y el novio de su hija, José Pesqueira.
Cuando el agraciado pescador notó el tirón en su caña se dio cuenta de que algo grande tenía entre manos, e inmediatamente empezó la laboriosa operación para intentar sacar la pieza a tierra firme. Para ello contó con la inestimable ayuda de sus compañeros de pesca, y tras largos y angustiosos minutos por fin consiguieron poner a salvo el preciado trofeo, que ayer mostraba en su domicilio de O Mosteiro.
"A veces te pasas tres, cuatro o cinco horas intentando pescar un congrio y sólo puedes permanecer mirando la caña y al mar, sin conseguir una mala pieza que llevar a casa", relata el orgulloso pescador, que quizás nunca pueda olvidar esta provechosa jornada de pesca dominical. "Esta vez he conseguido una pieza fantástica... una verdadera barbaridad de pez ", presume una y otra vez.

Fuente: La Opinión