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Océana celebra la inclusión de importantes áreas marinas en la RED NATURA 2000

Pese a los avances, la UE solo tiene un 1,5% de superficie marina protegida bajo la Red Natura 2000 y está lejos de cumplir con los mínimos establecidos por la ONU
Ocena pide que España, con la novena parte de la superficie marina de la Unión, desempeñe un papel de liderazgo en la protección del mar

Oceana celebra la reciente incorporación de relevantes áreas marinas a la Red Natura 2000 europea, incluyendo El Cachucho (Asturias). Este gran paso para enmendar la precaria situación de los mares europeos supone para las aguas atlánticas danesas, francesas y españolas un notable avance, pero aún queda mucho trabajo por delante. Con una superficie de más de 9 millones de km² repartidos entre 22 Estados ribereños, la superficie marina comunitaria está hoy apenas protegida, con algo menos de un 1,5% incluido en la Red.

 

Este porcentaje es muy escaso, más aún si tenemos en cuenta que las Naciones Unidas han establecido la obligatoriedad global de proteger un 10% de las ecorregiones del mundo para 2020, en el marco del Convenio de Diversidad Biológica, y que las organizaciones conservacionistas más relevantes recomiendan aumentar ese porcentaje a un 20-30% para que sea realmente significativo.

 

Durante los años 2009 y 2010 se ha realizado la evaluación de la Red Natura 2000 para cada una de las regiones marinas europeas –Atlántica, Mediterránea, Macaronésica, Mar Negro y Báltico–, poniendo en clara evidencia el incumplimiento de la Directiva Hábitats por parte de todos los países comunitarios, con contadas excepciones, y habiendo transcurrido ya casi 19 años desde su entrada en vigor.

 

“La reciente declaración de grandes áreas marinas protegidas por parte de Francia, España y Dinamarca demuestra que los Estados Miembro parecen estar haciendo los deberes tras el bochorno de un rotundo insuficiente recibido de la UE respecto a la protección dada a especies y hábitats marinos listados en la Directiva Hábitats para su conservación, como arrecifes,bancos de arena o tortugas marinas y delfines mulares. Estas y otras especies y hábitats precisan protección y los gobiernos deben demostrar su capacidad de dar cumplimiento a sus obligaciones mediante la declaración de nuevas áreas marinas protegidas”, señala Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa.

 

En el caso de España, el Gobierno debe gestionar adecuadamente hasta 1 millón de km², la novena parte de la totalidad de la superficie marina europea, por lo que su papel a la hora de cumplir con la protección del medio ambiente marino es relevante y debe ser ejemplar. Grandes esfuerzos están ya realizándose, como el proyecto LIFE+ INDEMARES para el estudio y protección de diez importantes áreas marinas no costeras españolas, pero no es suficiente, existiendo numerosos espacios no enmarcados en este proyecto que son candidatos excepcionales para formar parte de la Red Natura 2000 española, como la zona marina frente a Jaizkibel y Ulia y Doñana o las montañas sumergidas del canal de Mallorca.

 

Tanto las áreas mencionadas como otras muchas estudiadas por Oceana en España y otros países han revelado ser áreas de impresionante biodiversidad, en muchos de los casos aún en buen estado de conservación a pesar de que numerosas actividades humanas, como la pesca abusiva, la exploración y explotación de hidrocarburos, el tráfico marítimo o las construcciones litorales agresivas llevan décadas produciendo graves agresiones.