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Patrones de embarcaciones deportivas exigen que el Estacio (Mar Menor) abra cada hora

Un grupo de afectados por el cierre del canal se manifiesta en La Ribera en demanda de un pacto «antes de que los daños sean irreparables»

Propietarios de barcos veleros afectados por el cierre del Canal del Estacio se manifestaron ayer en aguas del Mar Menor y en las calles de Santiago de la Ribera para exigir la apertura cada hora del puente de la Gran Vía de La Manga que permite que barcos de recreo naveguen entre el Mar Menor y el Mediterráneo. Veinte cruceros se concentraron entre las diez y las once de la mañana frente a la escollera de poniente del puerto deportivo Tomás Maestre. Los organizadores de la protesta esperaban reunir muchos más, pero la Capitanía Marítima exigió a los patrones una cobertura de responsabilidad civil especial para competiciones de alto riesgo que muchos patrones no obtuvieron de sus aseguradoras. La protesta marinera organizada por la Asociación de Damnificados por el Cierre del Canal del Estadio tuvo continuidad en tierra a mediodía. Patrones y acompañantes iniciaron en el Club de Regatas de Santiago de la Ribera una manifestación para exigir al Ayuntamiento de San Javier una solución que permita la apertura continua del puente. Concejales de los partidos de oposición recogieron las reivindicaciones del presidente de los damnificados, Álvaro Gómez. Los manifestantes consideran ridículo para las necesidades de los diez clubes náuticos del Mar Menor que sólo abran el puente dos veces al día: una a las diez de la mañana y otra a las seis de la tarde. Ellos reclaman que se haga cada hora hasta las diez de la noche, una frecuencia mayor que la vigente hasta el pasado mes de marzo. Solución política Gómez recordó que el puente abría cada hora hasta el año 2002, que es cuando se construyó el nuevo y se le adjudicó a Intersa su gestión y mantenimiento por un periodo de 30 años. El problema comenzó cuando en marzo Intersa solicitó al Ayuntamiento de San Javier cobrar 231.000 euros anuales por mantener la frecuencia de aperturas, cuando hasta ahora cobraba 120.000. La alcaldesa de San Javier, Pepa García, se niega a asumir ese coste en solitario. «Aunque hemos presentado recursos, entendemos que hay que buscar una solución política, porque la jurídica se nos puede ir a cuatro o cinco años y ocasionar unas pérdidas irreparables. La alcaldesa se ha comprometido a abrir cinco veces a partir de junio y cada dos horas cuando convoque el nuevo concurso. Pero esto puede llevar muchos meses», advirtió Álvaro Gómez.