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Enmanuele Grimaldi califica de irresponsables a quienes aprobaron los nuevos límites de azufre en los combustibles marinos

Emanuele Grimaldi, consejero delegado de Grimaldi Group y presidente de la asociación de navieros italiana (CONFITARMA) ha acusado a las instituciones europeas de "irresponsables" por haber legislado sin antes haber previsto y solucionado las consecuencias de las próximas normas sobre contenido de azufre en los combustibles marinos en las SECAs.

"Fue una irresponsabilidad adoptar esta norma sin haber articulado antes un programa de medidas para facilitar su cumplimiento", dijo Grimaldi, quien matizó que al menos en el caso de la compañía que él dirige ya se habían realizado avances previos. Pero Grimaldi explicó que, en el momento en que se aprobó dicha normativa "no había soluciones, ni scrubbers, ni una logística de gas natural licuado".

Grimaldi, uno de los principales navieros europeos, lamentó el "gran daño" que esta situación está provocando al sector y culpabilizó de la misma a los políticos, a quienes tachó de "irresponsables" al no haber previsto que los costes que implica la adopción de los nuevos requisitos fueran "soportables".

Emanuele Grimaldi afirmó que el llamado "toolbox" o conjunto de medidas destinadas a facilitar la transición y cumplimiento de los nuevos límites de emisión de azufre, entre las que se incluyen tecnologías como la instalación de sistemas de depuración (“scrubbbers”) de los gases de escape de los motores de los buques o la adopción del GNL como combustible, son aún tecnologías no maduras. "Son remedios más que soluciones", dijo.

Además, lamentó que debido a la ausencia de una logística eficaz de distribución del GNL, en unos lugares es "increíblemente caro y en otros muy barato, pero en los puertos europeos en los que nosotros operamos no está disponible el suministro de este gas como combustible por lo que no nos representa una solución". Opinión diferente fue la manifestada respecto a los "scrubbers", que aunque hoy "son aún pesados, muy caros, reducen el espacio a bordo y requieren de grandes modificaciones" ofrecen potencial de mejora.

El presidente del Grimaldi Group se dirigió a las instituciones europeas para recordarles que “si han venido subvencionando tantas cosas hasta ahora, también podrían hacerlo con los scrubbers durante un tiempo para hacerlos asequibles y facilitar su instalación con el fin de hacer las flotas más competitivas“.

El sector naviero europeo se prepara para afrontar un nuevo momento crucial cuando, el ya inminente1 de enero de 2015, entre en vigor el nuevo requisito que limita al 0,1% el contenido máximo de azufre de los combustibles marinos en las zona de Control de Emisiones de Azufre (SECA) que engloba el Canal de la Mancha, el Mar del Norte y el Báltico. Teniendo en cuenta la escasez de medios técnicos alternativos disponibles actualmente para conseguir el cumplimiento de dichos límites, las empresas navieras tendrán en general que pasar de utilizar fuel oil pesado (con un precio actual de unos 565 $/tonelada) a diesel oil (que cuesta actualmente unos 870 $/t, es decir un 54% más).

Esto supondrá un enorme aumento del coste de combustible para las empresas navieras, que ya están comenzando a anunciar a sus clientes que se verán obligadas a aumentar sus tarifas de fletes. Dependiendo del tipo de servicio, la velocidad del buque y el porcentaje del servicio de transporte que se preste en el interior de la SECA, se están anunciando aumentos de entre el 5% (por ejemplo, para el transporte de un contenedor Asia-Norte de Europa) y hasta más del 25% (para un servicio ferry rápido que tenga todo su itinerario en la SECA).

Diversos estudios, encargados tanto por las propias navieras como por la Comisión Europea, prevén que esta situación provocará un trasvase modal del mar a la carretera, justo en el sentido inverso a los objetivos comunitarios en materia medioambiental, de ahí que el sector marítimo reclame el apoyo de las instituciones comunitarias para ayudar a cumplir con los nuevos requisitos.

Emanuele Grimaldi también se refirió a las repercusiones económicas de estas nuevas normas sobre sus clientes, afirmando que, en sus servicios en el interior de las SECAS, los incrementos de tarifas tendrán que ser "de un 10 a un 15%, si no se hace nada por evitarlo", lo que acabará por provocar un trasvase modal de cargas del barco a la carretera, lo que hará que se reduzca la demanda entre un 15% y un 35%, lo que en cualquier caso "no es sostenible en tiempos de crisis".