Portada ›› Vela ›› Solitarios y A2 ›› Vendée Globe. Tanguy de Lamotte: “Estoy en una nube desde el mes de enero”

Vendée Globe. Tanguy de Lamotte: “Estoy en una nube desde el mes de enero”

Vendée Globe. Tanguy de Lamotte: “Estoy en una nube desde el mes de enero”

Tanguy de Lamotte, original de Versailles y que llegó relativamente tarde al mundo de las regatas oceánicas, se apresta a tomar la salida de su primera Vendée Globe. Bajo la bandera de Initiatives-Cœur, se ha lanzado a un proyecto de aventurero solidario de verdad.

¿Por qué hace vela?
Mi abuelo tenía un barco y mi abuela pasaba muchas veces sus vacaciones en la playa, por lo que yo hacía más deportes náuticos que de montaña. Poco a poco, hice cursillos de vela en verano, nada excepcional. Hice competición de club a partir de los 6 años, pero era judo. Continué el judo hasta mis estudios de secundaria, pero lo dejé porque me lesioné dos veces las cervicales, y al profesor de deportes de aquel año en el liceo le gustaba mucho la vela. Montamos un proyecto para participar en regatas estudiantiles y después pude hacer el Tour de Francia con su equipo. Al acabar la secundaria, decidí irme a Inglaterra para estudiar arquitectura naval. Pasé tres años en Inglaterra, donde conocí primero a Ellen MacArthur, y después a Nick Moloney, Brian Thompson, Samantha Davies, Emma Richards… Bastantes personajes ingleses de las regatas oceánicas. Estaba en ese microcosmos, ayudé a Ellen a preparar su Mini Transat, su Ruta del Ron, su Vendée Globe. Después ayudé a Nick Moloney a preparar su Vendée Globe y su Mini Transat. También ayudé a Brian Thompson a preparar su Mini Transat y después hizo la Vendée Globe.

Ha seguido más o menos el mismo camino que esa gente.
No han sido ellos quienes me han motivado, pero inconscientemente lo tenía prácticamente al lado, y me dije que quizá podría hacerla un día. La Vendée Globe es un sueño para muchos patrones, pero para mí no era necesariamente una obsesión. No había dicho que quería hacer la Vendée Globe a toda costa, pero se presentó la oportunidad, gracias a mis proyectos, de tener buenos resultados en Class 40 y de poder montar un superproyecto de aventurero. No tengo nada que perder. Para mí el resultado no es una prioridad. El objetivo es curar el máximo número de niños y en eso es en lo que destaca el proyecto.

¿Cómo arrancó ese proyecto?
El proyecto empezó en enero. Se hizo 15 días, fue muy rápido. El 9 de enero tomé la decisión, el 14 o el 15 presenté mi presupuesto y las grandes líneas del proyecto a mi patrocinador, el 18 estaba en Estados Unidos y el 23 habíamos comprado el barco. En ese tiempo seguía preparando Solidaire du Chocolat, me fui el 11 de marzo y ni siquiera vi el barco cuando llegó a Francia. Hubo tres meses en que los dos proyectos coexistían en paralelo, o sea que fue hiperintenso.

“Soy el abanderado de Mécénat”

¿Cuál es su relación con Mécénat Chirurgie Cardiaque?
Como asociación, Mécénat Chirurgie Cardiaque busca dinero. Yo tan solo soy el abanderado de Mécénat. En 2004, con mi Mini Transat, les dije: “Si quieren, corro la regata con sus colores para buscar patrocinadores y donantes.” Mi patrocinador de entonces pensó que era una gran idea y decidió darles dinero, y desde entonces todos mis patrocinadores –he tenido tres- han seguido con la asociación. La idea se me ocurrió después de ver a Catherine Chabaud. Empecé a apoyar a la asociación, intento ayudarles facilitándoles un cartel publicitario: mi barco.

Tanguy de Lamotte 2012¿Cuál es el papel de Initiatives en el proyecto?
Initiatives es una sociedad que ofrece soluciones de financiación. Concretamente, venden tómbolas, chocolatinas, etc. en las escuelas. Los alumnos revenden a su vez esos productos para financiar sus viajes de fin de curso. Lo que pasa es que Initiatives ha comprado su proveedor de chocolate. O sea que se ha convertido en Initiatives y Alex Olivier. Esas dos empresas forman parte del mismo grupo. Esa gente me contactó para la Solidaire du Chocolat que hice en Class 40. Fabricaban chocolate y la idea de la solidaridad les gustaba, fueron solidarios con la asociación empezando a hacer donaciones. En aquel proyecto, Franck Vallée, el director de la empresa Initiatives, partiendo del hecho de que el proyecto era completamente distinto de los demás, se dijo que aún lo haríamos más diferente añadiendo Mécénat delante. Quiso hacerlo de manera que la asociación tuviera más visibilidad.

¿Por qué Initiatives-Cœur?
Hay un montaje administrativo para reunir a Initiatives y Mécénat. Lo más sencillo era crear algo que lo agrupara todo. Initiatives-Cœur es un fondo de dotaciones que permite agrupar a una serie de donantes. Se entrega a la asociación para hacer un poco como en un telemaratón, haciendo subir el marcador a lo largo de la regata para que la gente siga el proyecto haciendo clic en el “me gusta” de Facebook. Por cada “me gusta”, mi patrocinador da un euro a la asociación; a la gente no le cuesta nada.

¿Está contento con su barco?
Es un superbarco, es el antiguo barco de Catherine Chabaud. Siempre me ha gustado, y ya había navegado con él antes de comprarlo. La otra coincidencia es que Catherine Chabaud hizo la Vendée Globe en el 2000 con este barco y ella ya era madrina de la asociación Mécénat Chirurgie Cardiaque. En un momento todo parecía claro. Estaba claro que sería ese barco, estaba claro que sería Mécénat, etc. Ahora tengo luz verde y estoy en una nube desde el mes de enero.

¿Está impaciente por salir?
Muy impaciente. Los días pasan muy rápidos. Sé que se acerca y me gusta. Me gusta este ritmo. Es un ritmo bastante rápido porque el proyecto es corto, pero tampoco vamos pasados de revoluciones. Pero estoy muy nervioso pensando que estaré en la salida y que me embarcaré en este gran viaje de descubrimiento personal y geográfico.

“El objetivo es llegar a la meta”

¿Cuáles son sus objetivos?
Afortunadamente tenemos un presupuesto modesto, por lo que hemos hecho un barco sencillo, modificando solo lo que podía mejorar el nivel de seguridad y resistencia, no hemos intentado ganar en velocidad. El objetivo es llegar a la meta y, sobre todo, conseguir una exposición mediática tanto tiempo como se pueda. Si paramos a la mitad, el contador se parará. Tengo que hacer unos 100 días de navegación para estar seguro de que a la llegada se pueda entregar un cheque a la asociación y ver que los niños serán operados.

Initiatives-Coeur¿Ve a menudo a los niños operados?
Cada vez que salgo de regata hay niños operados y me emociona mucho. Se pueden construir muchas frases bonitas con una vuelta al mundo, pero creo que hay que tener corazón para hacer la Vendée Globe y eso es una comparación muy fuerte. Cada vez que salgo para una transat, veo a tres o cuatro niños operados. Gracias a mis patrocinadores, desde que navego y represento a la asociación hemos debido de operar a unos 15 niños. No los he visto a todos, pero sí al menos a una decena. Es muy emocionante, he visto a una niña argelina de siete años y a su hermano, que se operó un año después. Me había mandado una carta dándome “las gracias por mi hermano”, cuando ella también había sido operada. Además, las familias de acogida que participan son gente extraordinaria que donan su tiempo y me dan un poco de fuerza para ser un hombre -sándwich para transmitir el mensaje. He tenido suerte de conseguir dinero para ir al agua, y esos niños necesitan dinero para seguir viviendo.

Volviendo a la vela, ¿cuál es su mejor recuerdo en el mar?
Es muy difícil seleccionar solo uno. Diría que mi primera travesía en solitario. Era un gran proyecto en el que me había vaciado. La llegada a Brasil fue muy bonita e intensa. Para mí era mi primer éxito. De hecho, en aquel momento dudaba de qué sería de mi vida. Al principio era arquitecto naval, era ingeniero. Hice mi primer barco para diseñarlo, no realmente para hacer regatas en solitario.

¿Ha celebrado ya en el mar alguna fecha especial (Navidad, cumpleaños, etc.)?
He celebrado varias veces mi cumpleaños en el mar, pero eran travesías cortas. Pero la Navidad, nunca, o sea que para mí será algo especial.

“¿Mi mayor temor? ¡Las roturas!”

¿Cuál es su mayor temor en la Vendée Globe?
¡Las roturas! Se trata de un deporte mecánico, o sea que por mucho que hagamos listas para comprobar las cosas y cambiemos todo lo que puede romperse, nunca estamos a salvo de las roturas. Espero no olvidar nada y que un detallito sin importancia no ponga fin a nuestra regata. Lo desconocido es lo que me da más miedo. Hay muchas zonas que no conozco, pero por eso tengo ganas de hacer la Vendée Globe.

SAILING - PRE-VENDEE GLOBE 2012-2013 - LORIENT (FRA) - 25/08/2012 - PHOTO FRANCOIS VAN MALLEGHEM / DPPI - ONBOARD VIEW - MECENA¿Teme la soledad?
En la Vendée Globe, se navega en solitario, pero nunca estás realmente solo. En la Mini Transat, no llevas teléfono por satélite, no puedes hablar con nadie, eso es la soledad de verdad. Aquí, navegas en solitario, y por tanto tienes que hacerlo todo solo, pero hay un pequeño contacto con tierra, que incluso puede ser visual. Nadie te puede ayudar, tienes que superarlo todo solo, pero te pueden subir la moral. Los primeros que corrieron la Vendée Globe no tenían ni eso, y tenía que ser aún más duro.

¿Qué lugar del recorrido teme más?
Que tema no es exactamente la palabra, es un lugar que no conozco y por tanto no tengo referencias. Es el océano Austral. Tengo esa especie de aprehensión, pero también ese deseo de ir. Tengo prisa por llegar allí, y son los mejores momentos de la regata. Es tanto el lugar que más temes y al que más ganas tienes de ir. Es lo que todo el mundo explica en sus libros, es comprender por qué Moitessier no paró, etc. Es ese lugar el que quedará más grabado en mi cabeza.

Cuando un navegante ha visto eso, ya lo ha visto todo…
Sí, pero son muchos los que dicen que han visto un tiempo mucho peor en el golfo de Vizcaya que en el océano Austral. Pero es el ambiente, las olas, los albatros, los colores, la temperatura, etc. Hay una lejanía que también influye. Aquel no es realmente tu lugar, por lo que pasas esperando que todo vaya bien, intentando molestar lo menos posible (risas).

“Dejar una estela bonita”

¿Ha previsto algo especial cuando doble el cabo de Hornos?
No se puede prever demasiado, pero en tu cabeza seguro que pasa algo. Es la liberación, pero simultáneamente es el fin de algo. Creo que al cabo de un mes estás contento de acabar, pero a la vez te dices que quizás no volverás nunca, quizás habrá un sentimiento un tanto mitigado. Creo que habrá un poco de nostalgia. Y además quizá es la única tierra que veremos durante la vuelta al mundo, o sea que es bastante importante.

Initiatives-Coeur¿Teme también el golfo de Vizcaya?
Sí, hay que entrar en materia inmediatamente. Veremos el tiempo en la salida, pero muchos dicen que el peor tiempo que han tenido ha sido en el golfo de Vizcaya. El mar es un verdadero ‘rompebarcos’, puede sorprender desde la misma salida. Será el principio de la regata y desde luego en la misma salida no voy a poner en peligro mis posibilidades de estar en la llegada.

¿Qué piensa de las puertas de hielo?
No sé si es algo bueno, porque a veces te hace tomar trayectorias un poco complicadas que podrían ser más ‘seguras’ sin las puertas de hielo. Por ejemplo, cuando hay una depresión y tienes que remontar ciñendo para pasar la puerta de hielo es un poco complicado. No tengo una opinión cerrada al respecto. De todas formas es una buena idea no permitir que se vaya demasiado cerca de los hielos, pero muy pocas veces se ha chocado. Me tranquiliza más que otra cosa saber que, a priori, no atravesaré campos de icebergs.

¿Sabe lo que le espera después de la Vendée Globe?
Aprovecho ese proyecto al máximo con toda mi fuerza. Es un momento ideal el que estoy viviendo y la regata será genial, pase lo que pase. Después, depende del resultado de la regata. Si no acabo la regata, no sé cómo lo viviré. No sé si tendré ganas de volver a hacerla o si me enfriará por completo. De todas formas, según mi experiencia, hice la Mini Transat y no la hice suficientemente bien como para no tener ganas de repetir. En cuanto a la Vendée Globe, si consigo acabarla, dejar una buena estela, hacer hablar de la asociación, salvar a muchos niños, creo que estaré orgulloso de mí mismo y no sé si tendré las ganas o la fuerza de intentar algo mejor. Y depende también de las oportunidades que se me presenten. Puedo volver a la arquitectura. En el fondo, sé que me gustaría estar implicado en un proyecto en torno a la Copa América. Hasta ahora no he firmado nada para cuando acabe la Vendée Globe. Lo único que sé es que cuando vuelva arreglaré mi casa en Lorient. Esto me permitirá aterrizar suavemente teniendo algo que hacer. Y después, ya veremos.