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21/12/2002. La marea negra azota la Costa da Morte y amenáza Cantábrico

Los vertidos del Prestige están construyendo una carretera bajo el mar. Seis inmersiones realizadas esta semana por un equipo multidisciplinar (buceadores profesionales, militares, biólogos, veterinarios y mariscadores) confirman que la carga del petrolero ha devastado los fondos marinos del parque nacional Illas Atlánticas, el único gallego.

La actual afección de los fondos marinos en el Parque Nacional de las Illas Atlánticas "no parece que tenga carácter masivo", pero la retirada de fuel "requerirá mucho tiempo", según una evaluación preliminar realizada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales, del Ministerio de Medio Ambiente.

Algunas planchas de fuel sumergidas en el entorno de las playas de Pereiró (Ons) y A Cantareira (Cíes) miden hasta dos metros de diámetro, según el director de la reserva natural, Emilio Rodríguez.

El Ministerio de Medio Ambiente difundió ayer por la mañana un primer análisis de estas prospecciones, aunque sin detallar el resultado de las mismas, salvo en los casos de San Martiño y Figueiras. En ambos arenales, ninguna de las capas avistadas supera los sesenta centímetros de tamaño. Dicha nota de prensa califica de «previas» las conclusiones del estudio. «[Los exámenes hechos] han carecido de carácter sistemático -recoge el comunicado- y se han llevado a cabo sin responder a unos protocolos homogéneos».

La primera prospección de los fondos marinos se ha centrado en el archipiélago de Cíes, en donde se han hallado diferentes formaciones de fuel -bolas, rulos, almohadillas o nódulos y placas tapizantes-, que en todos los casos se acumulan donde disminuye la dinámica de las aguas.

Los buceadores han observado que en la parte sur de la playa de Figueiras, a una profundidad de 7,5 metros, hay depósitos en forma de bola de 1 a 5 centímetros de diámetro y nódulos en las grietas.

La parte norte de la misma playa, a 5 metros de profundidad, presenta formaciones nodulares, y en el área que está inmediatamente detrás del barrido de las olas, se detectan -a 1,5 metros de profundidad-, placas de 20 a 30 centímetros de espesor.

Por su parte, la playa de San Martiño presenta, en la zona central y a 5 metros de profundidad, grandes placas de 40 a 60 centímetros de diámetro y diez de grosor.

Sí admite el Gobierno que retirar todo ese chapapote hundido requerirá «mucho tiempo», pero ni siquiera estima cuánto. También reconoce: «La recogida de material, en la mayoría de ocasiones, tendrá que realizarse de forma manual», mediante operaciones de buceo que el invierno y el mal tiempo probablemente dificultarán. No obstante, Rodríguez anuncia que, con la total anuencia de Parques Nacionales y equipados por Medio Ambiente, varios mariscadores cangueses habitualmente dedicados a recoger navaja aprovecharán el paro obligado por la Consellería de Pesca para probar si pueden absorber parte de los residuos con máquinas succionadoras.

Bolas, rulos, nódulos...

Además de planchas, el equipo de técnicos contratados por la Administración central para reconocer las islas gallegas ha detectado en sus fondos marinos fuel acumulado de maneras muy diversas: bolas, formaciones esféricas que se desplazan entre aguas a baja profundidad; rulos, chapapote mezclado con arena que rueda por las corrientes; trampas de algas, plantas impregnadas de residuos; y nódulos, pequeñas pero gruesas manchas depositadas sobre el piso formando figuras similiares a las de una almohadilla.

Entre las dificultades que entorpecen el trabajo de los buceadores estos días, amén del mar picado, destaca una sobremanera. «Las placas en ocasiones se encuentran semiocultas por una capa fina de fango que dificulta su visualización», explica la nota de prensa enviada ayer por Medio Ambiente.

Antes que las promovidas por el Ejecutivo, inmersiones tuteladas por la división de Buceo de Combate de la Armada, la organización ecologista Greenpeace y el Instituto Galego de Formación en Acuicultura ya habían alertado sobre la contaminación de los fondos en algunas zonas de Illas Atlánticas. Ahora, el estudio gubernamental corrobora que la tragedia del 13-N se ha cebado con la principal reserva gallega.