El regreso triunfal de los Kiwis y la emotiva despedida de Sir Ben Ainslie, protagonistas del último episodio de Racing on the Edge

El episodio comienza con un flashback al tercer evento de la Temporada 4 en Saint-Tropez el pasado septiembre, destacando la primera victoria del equipo británico de Ainslie tras dos temporadas. Aquel fin de semana, los británicos lograron dominar las cambiantes condiciones del viento y, en los instantes finales de la carrera final, superaron a los australianos en una tensa batalla para conseguir su primera victoria de la temporada.

La victoria tuvo lugar después de un impactante primer día de competición, en el que la gigantesca ala del New Zealand SailGP Team de Peter Burling colapsó al finalizar la jornada de carreras. Afortunadamente, nadie a bordo resultó herido; sin embargo, el incidente dejó a 'Amokura' fuera de servicio, poniendo fin a las esperanzas de victoria de los neozelandeses y desencadenando una carrera contrarreloj para recuperarse de cara al resto de la temporada.

Posteriormente, el episodio salta al Emirates Dubai Sail Grand Prix presented by P&O Marinas en diciembre, donde las condiciones previstas de viento para el segundo día de competición no fueron las ideales. Conociendo la opinión de algunos equipos sobre el uso del ala más grande después del incidente en Francia, el CEO de SailGP, Sir Russell Coutts, decidió dar a los equipos la opción de elegir entre competir con el ala de 24 o 29 metros, con un límite de tiempo para tomar la decisión.
El episodio captura los intensos debates que se produjeron en los equipos, que finalmente eligieron el ala de 29 metros, con el objetivo de maximizar la potencia para el crítico segundo día del evento.
Con el ala de 29 metros de nuevo en acción, Emirates GBR ganó la primera carrera del día, continuando su racha victoriosa del día anterior y convirtiéndose en una apuesta segura para la final. Sin embargo, en la línea de salida de la segunda carrera, el nuevo piloto estadounidense, Taylor Canfield, aprovechó la oportunidad para bloquear a los británicos, provocando la descalificación del equipo y poniendo fin a las esperanzas del equipo británico en Dubái. Un final decepcionante para la carrera Ainslie en SailGP, puesto que, días después, el británico anunció que el dos veces oro olímpico Giles Scott se haría cargo de las funciones de conducción durante el resto de la temporada.
Con los británicos fuera de la competición, Nueva Zelanda, Canadá y Australia avanzaron hacia la final del evento, que resultó ser la carrera más reñida en la historia de la competición. En la última boya de giro, justo antes de la meta, Nueva Zelanda tenía el derecho de paso, lo que derivó en una penalización para Canadá por no dar suficiente espacio tanto a los australianos -conducidos por Jimmy Spithill- como a los neozelandeses para dar la vuelta a la marca. Los tres barcos cruzaron la meta casi al mismo tiempo, dando pie a multitud de especulaciones sobre qué equipo se había llevado la victoria. El equipo de Phil Robertson, Canadá, cruzó la línea primero, pero habiendo sido penalizado. Así pues, el juez principal dictaminó que los neozelandeses eran los campeones del Emirates Dubai Sail Grand Prix presented by P&O Marinas.

Blair Tuke, Co-CEO y trimmer del ala de Nueva Zelanda, comentó: “Ha sido un año increíble y ‘Amokura’ lo ha padecido por completo; ha caído y se ha levantado nuevamente, y cuando ocurren cosas como estas hay que pensar que es por un motivo más grande. No podría estar más orgulloso ni tener más confianza en el grupo que tenemos. Nunca nos rendimos y seguimos luchando hasta el final. Es un momento muy importante para el equipo, definitivamente es el punto culminante de nuestra existencia en SailGP”.
En los momentos finales del episodio, Ainslie pronuncia un discurso conmovedor a su equipo, agradeciéndoles un increíble viaje en SailGP, arrojando más luz sobre su decisión y dejando caer cómo será su papel fuera del agua.
Ainslie señala: “Llega un momento en el que te das cuenta de que no puedes hacerlo todo. Además, estoy llegando a una edad y es hora de dejar que la siguiente generación avance y tenga su oportunidad. Giles me reemplazará como conductor; es un gran talento, uno de los mejores deportistas con los que he competido o navegado”. Ainslie añade: “Fue una decisión difícil. Hannah tiene experiencia al timón del barco, pero no el suficiente. Solo necesita más tiempo porque es más que capaz de dirigir uno de estos barcos con el tiempo y la preparación adecuados”.